Pídele a Dios que te ayude a identificar a quién podrías invitar a formar una banda contigo. Date al menos seis meses para conocer a tus compañeros y simplemente mantén la constancia, la honestidad y la oración mutua. ¡Dejen que la transparencia y la responsabilidad se desarrollen con el tiempo mientras siguen a Jesús juntos!

• Reúnanse semanalmente. Establezcan un horario fijo y cúmplanlo.

• Respeta el tiempo. Limita el tiempo compartido a 15 minutos por persona.

• Desafío a tu elección. Puedes saltarte una pregunta cuando quieras; nunca te obligaremos a ir más allá de tu zona de confort.

• Limita las conversaciones cruzadas. Practica la escucha activa y evita interrumpir.

• Déjate guiar por un solo consejero. Invita al Espíritu Santo a inspirar tu oración.

• Consuelo con empatía. Acompáñense mutuamente; bendigan y animen.

• Sean una comunidad de gracia. Cuando alguien confiese su pecado, díganle palabras de perdón y agradézcanle su valentía (1 Juan 1:9).

• Manténgase estrictamente confidencial. Lo que se comparte en su banda, corsé en tu banda.